Comienza el viaje

Yo, como todas las personas, vivo en un cuerpo atravesado, a su vez, por la Vida. En mi caso, embarazo gemelar, parto de nalgas, asma infantil, dependencia del tabaco, lumbalgias, dos embarazos, una hija, un hijo, cáncer de mama con quimioterapia, cirugía y radio, ya no fumo, sigo mordiéndome las uñas, menopausia,… Bendita casa en la que habito, menuda historia de amor. Creo que es muy buena práctica hacer memoria por lo más relevante de nuestra historia corporal. Intuyo que podríamos llegar a territorios parecidos: Bendita casa en la que habito, menuda historia de amor.

Con mi cuerpo me muevo, siento, pienso, me comunico. Con mi cuerpo abrazo, canto, bailo, hago las compras y preparo la comida. Gracias a mi cuerpo brotan las lágrimas y suena la risa. En mi cuerpo me aturullo y me doy caña en la exigencia de hacerlo todo. Con mi cuerpo me baño en el mar, escucho la música y miro a quien amo y acompaña mi vida.

¿Puede que sea especialmente sensorial (no lo sé), y que no me haya dado cuenta de ello hasta los cuarentaytantos?. No importa. Todo lo acumulado se me despliega con belleza, fluidez, verdad, voz,… A veces, alegre, y, a veces, doloroso. A veces, rabioso, y, a veces, placentero.

Observando mi cuerpo desde el plano físico puedo percibir  mis apoyos, el movimiento y sus direcciones, mi eje.  Puedo sentir la tierra y su gravedad y también el espacio más abierto del cielo. Puedo contactar con el estado interno y con el entorno. Puedo percibir lo que fluye en mí y  lo que está más trabado. Para ello cuento con los huesos, músculos, articulaciones; con los órganos y sus sistemas. Con los cinco sentidos y con toda la inteligencia del sistema nervioso. Todos trabajando para mí. 

Observando  y entrenando la atención a ese cuerpo que “sabe lo que hace”  me voy abriendo a una inteligencia inmensa. Una inteligencia capaz de desplegarse, de expresarse, de relacionarse y  de construir. Se abre  así una puerta al descubrimiento y toma de conciencia también de los planos emocional y mental que, junto con el físico, me configuran como persona. Adentrarme en esos espacios de conexión se convierte, sin duda, en un viaje único y extraordinario. 

ONGI ETORRI!!

Imagen de Sabine Felidae en Pixabay

Actualidad