Sí, sigo aprendiendo, claro que sí… Este trabajo me apasiona tanto como me reta, así que necesito estar con la “aprendiza” activada.
Normalmente, cuando termino las sesiones que acompaño, escribo en mi cuaderno sobre lo ocurrido y me detengo especialmente en un apartado que llamo APRENDO. Hay muchos apuntes a lo largo de los distintos cuadernos. Ahora que termina el año y hago repaso de los espacios, grupos y gentes que he acompañado a lo largo de estos doce meses, me gusta la idea de trasladar parte de mis descubrimientos y aprendizajes de 2023:
Ofrecer de forma estable y semanal un espacio de desarrollo personal a través del Movimiento Expresivo ha sido/es un reto maravilloso, lleno de aprendizaje para mí. Pensaba yo que la escucha, la percepción, la creación en directo eran habilidades reservadas a maestras/os que habitan el Olimpo de la formación y el acompañamiento. Hete aquí, que una misma roza por momentos ese conocimiento, gracias a la práctica consciente y a los maravillosos seres con los que se encuentra.
Esas mismas sensaciones están también presentes en otros acompañamientos que, aunque más breves, también han sido intensos. Por ejemplo, en las Escuelas de Empoderamiento de Mujeres, he podido confirmar que la danza, la expresión creativa, la conexión personal y la cohesión grupal permiten activar recursos como la confianza, la vitalidad y el poder personal, entre otros, mejorando la calidad de vida y las posibilidades de cambio de las personas, en este caso, mujeres, y sus circunstancias.
En talleres con personas migradas, el encuentro en un círculo de personas de distintos orígenes e idioma, apoyado en músicas y otros elementos que permiten la expresión y el compartir experiencias y sentimientos, se ha desvelado para mí como una herramienta poderosísima con la que trabajar. Además de la alegría por el baile, de los afectos compartidos y de las dificultades expresadas, activar la Inteligencia Corporal permite abrir caminos de cambio y mejora para personas y colectivos.
Y en los espacios formativos a profesionales de distintos ámbitos (educación, empresa,..), he aprendido a escuchar y poner en valor su valentía y apertura, de tal forma que, intuyendo el aporte que supone desarrollar otro tipo de lenguajes, distintos de los verbales y cognitivos más habituales, se lanzan a conquistar nuevos territorios.
Agradezco mucho la confianza de las personas y grupos que se han dejado acompañar por mí. Es un trabajo de retroalimentación constante. Una y otra vez confirmo que la presencia y conexión son la herramienta principal en este trabajo. Y, como decía, esa confirmación me apasiona y me reta en partes iguales. Que viva, pues, y para siempre, la aprendiz que habita en mí.
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