Recursos

02 – Vitalidad

Preguntas

Pon atención en tu cuerpo. Observa cuál es su posición. Fíjate en las zonas más cargadas de tensión y en las que menos. Por último, siente tu respiración. Date un poco de tiempo, y desde esas sensaciones, trata de responder a estas preguntas:

¿Cuál es tu deseo o deseos?¿Dónde habita el placer en tí? ¿Le das permiso? ¿Sientes necesidad de cambios? ¿Impulso de pelear por algo? 

Si atendieras a tus reflejos… ¿Hacia dónde te moverías?¿Cómo sería ese movimiento? Deja que te lleve, disfrútalo…

Acción

Aquí llega la muestra de activación de la vitalidad a través del trabajo corporal. Se combina el movimiento expresivo con contenidos verbales. Te propongo que, a través de la imitación, lo vayas siguiendo, tratando de suspender el juicio, dejando a un lado pensamiento e ideas.

Comienza la práctica buscando el apoyo en tierra y después deja que el cuerpo te lleve a donde quiera ir. Descubre cuál es la inteligencia que esconde, cuál es su voluntad y/o motivación. Dedica atención y tiempo a la  zona de la cintura, de la cadera y de la pelvis. Flexibiliza el tronco y da a tus brazos y a tus manos toda la expresión posible. Afloja el gesto de la cara y deja salir la voz. Disfruta del placer del movimiento y deja que su vibración se distribuya por todo el cuerpo.

Alíate con la música, con su ritmo y su melodía. Baila sin juicio, sólo por placer. Cuando termines, observa cómo te sientes, descubre si hay alguna novedad.

Recurso

Cuando se activa la vitalidad, el cuerpo se deja llevar por el placer que le da el movimiento. Se despierta la atracción por lo que nos gusta, así como el rechazo por lo que no nos gusta. La vitalidad (motivación) tiene una inteligencia propia que  ayuda a discernir entre distintas opciones. Los reflejos físicos  permiten ir a buscar lo que queremos y se activa la capacidad de luchar por aquello que despierta nuestro deseo. La vitalidad se expresa de una forma sutil, fluida y veloz. 

A través del movimiento corporal podemos generar la fuerza vital, la motivación que se  distribuyen por todo  nuestro cuerpo (Como la savia en las plantas) y nos da  la energía necesaria para ponernos en marcha hasta conseguir nuestro propósito. 

La vitalidad nos conecta con la alegría propia, nos pone en relación con los demás y, al mismo tiempo, enriquece nuestra intimidad. 

Te invito a dejarte llevar por el placer de sentir la música en tu cuerpo. Descubre qué posibilidades se abren cuando dejamos paso a la expresión de la vitalidad.